La respuesta es que en general tenemos que tener el oído, o el tacto, o el ojo muy fino para poder reconocer la belleza en lo que nos rodea...
Los expertos predijeron que se iba a formar un corro al rededor del violinista, que la gente apreciaria el arte del violinista, y la calidad del instrumento que estaba tocando (un stradivarius). El caso es que nadie lo hizo, y solo una persona se acerco a el para decirle que le gusto mucho cuando lo vio en la Biblioteca del Congreso, vamos que lo reconoció.
El balance (cuantitativo) final del experimento fue:
- 1070 personas pasaron delante de el en 43 minutos de concierto.
- 27 apreciaron su arte (o les dio pena) y dejaron monedas en su sombrero.
- 1 le reconoció y le felicito.
Via: Fogonazos
Articulo en el Washington Post (incluye video)
PD/ Vaya cagada la de los "expertos".
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